Para entender qué es la inteligencia emocional es necesario saber al menos dos cosas; una es comprender qué se entiende por inteligencia, y la otra es conocer los conceptos básicos de las emociones. Aun cuando de forma tradicional relacionamos la inteligencia con la habilidad para razonar, en realidad tiene que ver con la capacidad para resolver adecuadamente cualquier tipo de problema, independientemente de que haya o no un proceso racional de por medio. Dado que nos enfrentamos a una variedad muy amplia de problemas, resulta obvio que, como consecuencia de ello, la inteligencia tiene un carácter múltiple, lo cual significa que para cada tipo de problema existe la inteligencia en particular con la cual se le puede dar solución.
Dicho de otra forma, hay una gran diversidad de inteligencias y cada una de las mismas tiene que ver con el tipo de problema que se enfrenta y pretende resolver. Todos podemos entender que para poder solventar los retos a los que se enfrenta un músico este requiere de capacidades específicas para desempeñar con efectividad su actividad, y que para ello no le resulta necesario tener los conocimientos de un matemático. De igual forma, un atleta de alto desempeño, que tiene que lograr resultados en su campo, no requiere de las habilidades de un literato, así como un arquitecto no necesita de las competencias de un político.
Es claro que como personas todos nos enfrentamos continuamente a una amplia diversidad de problemas y, dependiendo de las actividades de que se trate, requerimos de la inteligencia determinada que nos permite darle solución. En ocasiones podemos necesitar resolver un problema financiero, mientras que en otros momentos el problema al que nos enfrentamos puede tener que ver una falla del automóvil que conducimos. Es obvio que la inteligencia requerida en cada caso está sustentada en conocimientos y habilidades diferentes.
Dicho lo anterior, nos resultará comprensible que, se requieren de habilidades específicas para resolver los distintos tipos de problemas a los que nos enfrentamos. Entre la diversidad de situaciones que tenemos que solucionar adecuadamente, es decir con inteligencia, encontramos la que tiene que ver con el manejo que hacemos de las emociones, y en este caso lo que se requiere como habilidad particular es lo que llamamos la inteligencia emocional.
Más relevante que ello es que, si bien es cierto que cada persona requiere de una inteligencia específica para desempeñar adecuadamente sus actividades, ya bien sea músico, atleta, matemático, mecánico, electricista, periodista, etc., es igualmente cierto es que toda persona, con independencia de su profesión, edad, sexo, creencias o raza, tiene emociones y requiere de hacer un buen manejo de las mismas. Así es que por ello todos necesitamos desarrollar la inteligencia emocional.
Podemos decir que la persona que cuenta con la habilidad para percibir, identificar, entender y dirigir sus emociones hacia acciones que redunden en beneficio propio, es alguien que tiene inteligencia emocional. Como veremos más adelante, las emociones tienen un sentido de ser, pues nos ofrecen información valiosa que requiere ser interpretada. La manifestación de la emoción es la que necesita ser conducida de forma efectiva para darle mayor efectividad. Al hacerlo de esta forma, le vamos dando mayor sentido a lo que estamos viviendo y se nos presenta como emociones.
Las emociones son expresiones de energía que bien manejadas se convierten en una rica fuente de beneficios. En algunos casos potencian a la persona dándole mayor confianza y seguridad sobre de sí mismo. En otros momentos pueden servir para darle mayor profundidad a las relaciones que se tienen con los demás. También son formas de generar protección y seguridad, tanto en lo personal como hacia las personas con las que se convive. Por ello es que al hacer un inteligente manejo de las emociones se puede incrementar el sentido y la calidad de vida.
Adelante, conforme nos vayamos adentrando más en el tema y cubriendo algunos aspectos más específicos iremos encontrando mayor claridad con relación a esta temática tan relevante, que nos potencia para mejorar el desempeño personal, ya bien sea en el campo laboral, social, político, educativo, o en cualquier otro en el que nos desempeñemos. En particular, resulta de alto valor para quienes desempeñan una función de líder, por lo que se recomienda que dediquen tiempo al desarrollo de su inteligencia emocional.
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