Intuición. La capacidad infravalorada

Cuando se habla de intuición se tiende a relacionar con hechos extraños, podría decir míticos, que pertenecen más bien a la imaginación. La realidad es que se trata de una capacidad humana natural. Quizá olvidada e infravalorada.

Sobre el particular existe bibliografía amplia e interesante. Se reconocen diversos tipos de intuición. Una que podríamos llamar intuición ordinaria, que es la que tiene que ver con “tener corazonadas”. Otra que se reconoce como intuición experta, que se sustenta en una amplia acumulación de experiencia. Una tercera que se ha denominado intuición estratégica, que de manera natural conjuga lo que ya existe generando algo completamente nuevo.

El común denominador de las diversas intuiciones es lo que se conoce como un destello de lucidez. Es como si ante una situación incierta, de golpe todo se aclarara y luciera nítido. De repente se tiene la completa certeza de algo, por lo que ya no es necesaria su comprobación. De inmediato se produce la acción.

Un ejemplo claro del manejo de la intuición es el éxito logrado por Napoleón Bonaparte. Sabemos que, en lugar de hacer planes de batalla, Napoleón caminaba con su ejercito hasta encontrar una situación en la que, de un “vistazo” sabía que iba a ganar y cómo lo lograría. Así, mientras el enemigo se dedicaba a establecer un plan de ataque o defensa, Napoleón se lanzaba a la batalla y ya la estaba ganando. Esto fue lo que lo hizo tan exitoso.

Al igual que Napoleón, existen otros ejemplos de personas que han logrado su éxito a través de la intuición. Podemos citar al General Patton en la segunda guerra mundial, a Juana de Arco en la defensa de Francia frente a la invasión Inglesa, a Picasso al encontrar su propio estilo para la pintura, a Bill Gates en los negocios al momento de decidir lo que lo llevó a crear Microsoft.

Como ellos, hay muchos otros que a lo largo de la historia, y a través de la intuición, han logrado ideas creativas, descubrimientos relevantes, acciones innovadoras y visiones motivadoras. Todos ellos sobre la base de destellos de lucidez. Así que resulta obvio que esta capacidad humana ha sido y es de gran valor para el desarrollo individual y colectivo de nuestra especie.

Sin embargo, parece ser que esta gran capacidad ha sido infravalorada. Desde tiempo atrás y hasta la fecha, se le da mayor importancia al pensamiento lógico analítico que al pensamiento intuitivo. Cada vez que he conversado sobre este tema, principalmente con ejecutivos de diversas organizaciones, ha resultado que, o no se le conoce, o se le da poco valor.

En la mayoría de los procesos educativos de nuestra cultura, también se le da poca o nula importancia al pensamiento intuitivo. De hecho, no se le reconoce como una forma de pensamiento. Más bien se le considera como charlatanería. Quizá por ello mismo es que no se le confiere valor alguno.

Sin embargo, muchos de los grandes avances a lo largo de la historia de nuestra especie, son resultado del pensamiento intuitivo. Esta forma de pensar no se contrapone con los procesos de pensamiento lógico analítico, sino que los complementa. Si nos enfocamos en la intuición expertay la intuición estratégicalo podremos reconocer con facilidad.

Malcolm Gladwell, en la introducción de su libro “La inteligencia intuitiva”, nos narra un claro caso de intuición experta. Federico Zeri, un historiador de arte italiano, que formaba parte del consejo de administración del museo Getty, en California, de un simple vistazo detectó que una figura, conocida como kurós era falsa. Lo anterior cuando de manera previa, y a través de estudios especializados con aparatos sofisticados, se había llegado a la conclusión de que era una pieza antigua. Finalmente se demostró que Zeri tenía razón.

En este caso, un destello de lucidezdel experto fue más atinado que una serie de sofisticados estudios técnicos. De aquí podemos desprender la idea del valor que la experiencia tiene y por qué  debemos de valorar las opiniones de las personas que han acumulado esta capacidad.

Sobre intuición estratégica William Duggan es quien, en su libro “Intuición estratégica”, nos presenta varios casos en los que, a lo largo de la historia, esta capacidad ha sido de gran ayuda. Dos de ellos se ubican en nuestra época. Me refiero a Microsoft y Google. En ambos, se trata de la realización de acciones en las que se hace uso de elementos que ya existen, pero que nadie a tenido la visión de reunirlos para generar algo nuevo. En el origen de ambas compañías, no se tenía la visión de a dónde llegarían. Ninguno de ellos era experto en lo que hacía. Más bien fue un destello de lucidezel que finalmente las hizo ser lo que han venido a ser.

La clave en estos casos es la de encontrar la forma de aprovechar lo ya existente para crear algo completamente nuevo, de gran valor y con una nueva visión de conjunto.

A la luz de lo comentado, resulta obvio que es necesario darle a la intuiciónsu justo valor. Hacerlo tanto en el ámbito educativo como en el empresarial terminará por generar grandes ventajas, no sólo para quienes logren desarrollar esta capacidad, sino para la especie en general.

1280 720 Adalberto J. Reiter E.

Adalberto J. Reiter E.

Más de cuatro décadas de experiencia laboral. Las últimas dos dedicado al desarrollo humano. Con una metodología propia para el crecimiento integral de la persona.

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