Seguro que todos hemos oído hablar de la creatividad y, quizá algunos también tengan referencia acerca del llamado pensamiento lateral. Son dos elementos que se relacionan entre sí, y debieran ser considerados como parte importante en la vida de cada uno. La creatividad, en su plena expresión, es propia de nuestra especie. Lamentablemente, a pesar de ser un elemento facilitador en el logro de nuestras metas, es algo que sólo pocas personas practican. Hay muchas formas de abordar este interesante tema. En esta ocasión quisiera hacerlo apoyándome y relacionándolo con el concepto de pensamiento lateral, propuesta hecha por Edward De Bono.
Para comprender mejor la propuesta del pensamiento lateral, empecemos por proponer tres ideas básicas sobre el pensamiento en general. En primer lugar, podemos señalar que se trata de un importante, y exclusivo, recurso de nuestra especie. Hasta donde sabemos hoy en día, fuera de nuestra especie, no existe ninguna otra que cuente con esta capacidad. En segunda instancia, debemos señalar que el pensamiento es algo que típicamente no controlamos, más bien, pareciera ser que es el pensamiento el que nos controla. La tercera idea acerca del pensamiento es que hay diferentes formas de ejercerlo. Algunas de ellas, y que de hecho forman pares complementarios, son: pensamiento inductivo y pensamiento deductivo; pensamiento divergente y pensamiento convergente; pensamiento vertical y pensamiento lateral. Dado que son complementarias, todas son útiles y conviene, más que tener un simple conocimiento de ellas, dedicar el tiempo suficiente para practicarlas, de manera tal que podamos usarlas adecuadamente y en la medida en que nos sean de utilidad.
Debido a la forma en que hemos sido educados, existe una tendencia a dirigir nuestro pensamiento hacia una forma analítica y lógica, lo que De Bono llama pensamiento vertical. Esto, desde luego, más acentuado en el género masculino que en el femenino. Una de las consecuencias de esta forma de educación, es que conduce a la persona a confundir su perspectiva con la realidad, al grado de que llega a limitar su posibilidad de aceptar creencias diferentes a la propia y, por ende, a perder de vista la riqueza que existe más allá de las ideas propias. Esto resulta evidente en la medida en que, a través de simples ejercicios, profundizamos en la experiencia del pensamiento lateral.
El pensamiento vertical se basa en una secuencia lógica de ideas, en donde cada paso tiene que ser correcto. Este tipo de pensamiento sólo se mueve si hay una dirección clara a seguir. Por ello podemos afirmar que se trata de un pensamiento rígido, estructurado y que usa clasificaciones fijas y relacionadas con el tema del que se trata. Por el contrario, el pensamiento lateral se relaciona con lo que llamamos intuición, imaginación y visión. Es una forma que puede saltarse pasos, que no requiere que éstos sean lógicos y que, al moverse, va creando su propia dirección. En suma, se caracteriza por ser una forma de pensamiento completamente flexible, que explora cualquier posibilidad para resolver los problemas, por lo que resulta creativo y que, en la medida que se domina, incrementa la capacidad para reestructurar los conceptos desde diversas perspectivas.
En relación con la creatividad, podemos mencionar que, a pesar de ser una capacidad natural de nuestra especie, de hecho, una de las que nos distingue del resto de las otras especies animales, típicamente no es usada por la mayoría de las personas. Y es que, por la forma como somos formados, nos dirigimos hacia lo que ya conocemos, dejando de lado la posibilidad de hacerlo hacia algo nuevo. También podemos señalar que la creatividad tiene que ver con una manera original de relacionar las ideas. Es decir, es una forma flexible y, por ello, abierta a descubrir y reconocer interacciones diversas entre las partes. Típicamente se le define diciendo que sirve para generar, fundar, desarrollar, establecer, producir, inventar, instituir, o hacer algo nuevo.
Cuando llegamos a comprender las ventajas que se obtienen de usar el pensamiento lateral, entre ellas el impulso que nos da para ser creativos, resulta evidente que dedicaremos buena cantidad de tiempo para ejercitarnos en él. Quienes así lo han hecho, han logrado mejorar su capacidad para resolver problemas con menor esfuerzo, en menor tiempo y logrando mejores resultados. Es evidente que las ventajas de las que hoy disfrutamos son producto de la creatividad que se ha aplicado en diversos campos de la ciencia y la tecnología. Sin embargo, relativamente han sido pocas las personas que han logrado estos avances. La gran mayoría sólo siguen formas de pensamiento que les dan seguridad.
Como ya habíamos señalado antes, el pensamiento lateral no se contrapone con el vertical, sino que ambos se complementan. En momento de dificultad o de crisis, en donde a partir del uso de la lógica y el análisis, pareciera ser que no existen caminos para resolver los problemas, es típico que surjan miedos que lleven a las personas a un estado de parálisis. Salir de estas situaciones a través del pensamiento vertical resulta muy complicado. En cambio, si se tiene la habilidad para apoyarse en el pensamiento vertical, despertando la imaginación y la creatividad, es muy probable que se termine resolviendo la dificultad que, de otra forma, se veía insoluble.
Existe la falsa creencia de que la creatividad es algo que no puede desarrollarse. La realidad es que, a través de la práctica sostenida de ejercicios sobre pensamiento lateral, se logra desarrollar un amplio sentido de creatividad. Ciertamente que, como en todo, al principio dará la impresión de ser algo difícil de manejar. La realidad es que sólo se trata de abrirse a una nueva y fascinante forma de hacer uso de una facultad que tenemos olvidada. Cuando, después de la adecuada práctica, se logra dominar el pensamiento lateral, se gozará de una ventaja en la resolución de problemas.
El pensamiento lateral, como ya señalamos, se relaciona con la intuición, la imaginación y la visión. Cuando se habla de estos elementos, equivocadamente se suelen relacionar con un cierto tipo de pensamiento mágico. Es importante señalar que no es así. Se trata sólo de una forma diferente de relacionar los diversos elementos de los que ya tenemos conocimiento. Cuando logramos realizarlo, y ello nos lleva a descubrir algo que era evidente pero que no habíamos alcanzado a visualizar, empezamos a ver la utilidad de estas capacidades. Por eso, un científico tan prominente como Albert Einstein llegó a indicar: “El hombre, rodeado de hechos, que no se permite ninguna sorpresa, ningún vislumbre intuitivo, ninguna gran hipótesis, ningún riesgo, está en una celda aislada.
Terminaré haciendo una clara invitación para que aquellas personas a las que se les haya despertado el interés por este tema hagan el esfuerzo por encontrar la manera de ejercitarse y llegar a disfrutar de las ventajas que implica ser una persona creativa.
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