En este momento tengo necesidad de hacer silencio interior para dejar brotar, desde el corazón, aquello que desea ser comunicado. En esta Navidad, más que felicitar, quiero agradecer.
Gracias por cada momento placentero que ha alegrado mi camino, y por cada dificultad que me ha dado la oportunidad para forjarme y superarme.
Gracias a quienes me han abierto las puertas del trabajo, pues me ha permitido ofrecer mi contribución a la sociedad.
Gracias a mis compañeros de escuela y estudios, con los que he compartido la pasión por aprender y crecer en conocimientos.
Gracias a todas las personas que, de manera individual o colectiva, han puesto su confianza en mí, permitiéndome acompañarlos como Coach.
Gracias a todos los que han contribuido en mi desarrollo como ser humano, en especial a quienes me abrieron el camino de la espiritualidad.
Gracias a los buenos amigos que a pesar del paso del tiempo han permanecido fieles a nuestra relación de afecto incondicional.
Gracias a mis abuelos, que dejaron una huella imborrable en mi corazón. A mis tíos, primos y demás familiares que me han manifestado su cariño.
Gracias a mis hermanas y hermano que, siguiendo el ejemplo que recibimos, han fomentado la unidad y el cariño incondicional entre nosotros y nuestros hijos.
Gracias a mis padres que fueron un caudal de generosidad, amor, dedicación, paciencia y ternura. Siempre estuvieron presentes, en mis buenas y malas decisiones. Su ejemplo de vida es una guía que atesoro en mi corazón.
Gracias a mis hijos por todas las alegrías, por el respeto y la confianza que siempre me han brindado. Han sido el motivo para seguir dando sentido a mi vida. Estoy muy orgulloso de cada uno, de sus logros y, en especial, de las familias que han sabido formar.
Gracias a mis nietos, por venir a enriquecer mi existencia. Por su inocencia, su cariño y su alegría. Por el gozo de verlos crecer y desarrollarse. En cada uno vislumbro un futuro lleno de realización.
Gracias a Ana, por acompañarme con su fortaleza, solidaridad, determinación y amor. Por tu apoyo y soporte. Por la familia que en conjunto hemos formado y por ser el motor que a todos nos muestra que nunca hay que rendirse. Gracias por lo ya compartido y por lo que aun nos falta vivir, cada día más unidos en el amor y el compromiso.
Por encima de todo, gracias a Dios que siempre me ha dado muestra clara de su Amor y presencia, que me sigue acompañando día a día, que es mi origen y el destino al que me siento llamado.
Leave a Reply